Biografía de María Montessori
Desde que María Montessori (Chiaravalle, 1870, Nordwijk, 1952) puso en marcha la primera Casa dei Bambini, en el popular barrio romano de San Lorenzo, el 6 de enero de 1907, se puede afirmar que hay un antes y un después en la educación infantil. La Casa dei Bambini fue una auténtica revolución que, además no se basaba en ningún tipo de planteamiento teórico, sino en la propia experiencia educativa.
María Montessori revolucionó los parámetros educativos, existentes hasta ese momento, poniendo al Niño como auténtico protagonista de todo el proceso educativo. Transformó tan radicalmente la educación infantil, que después nada pudo ser igual que antes. Primero, porque, creó unos nuevos materiales con objeto de favorecer el autoaprendizaje. Y después, porque puso la escuela al alcance del Niño, pensando que, si algo tenía que cambiar,- y creía que había que cambiar muchas cosas -, debía ser la Escuela, adaptándola al mundo infantil, y no el Niño.
Siguiendo el Método Montessori los niños se desarrollan en un ambiente preparado, basado en unos principios naturales muy claros (autonomía; independencia; iniciativa; capacidad de elegir; desarrollo de la voluntad; y autodisciplina) con la idea de que el Niño sea su propio maestro. Montessori no quería crear genios, sino dar a cada persona la oportunidad de poder desarrollar sus propias capacidades, por sí misma y con los otros. Y, de esta manera, ayudar a los niños a ser unos seres más humanos más equilibrados e independientes.
Pero, estos principios innovadores, le crearon numerosas dificultades, hasta el punto de obligarle a tener que abandonar la Italia fascista de 1933, porque su experiencia educativa chocaba frontalmente con el sistema totalitario. El fascismo se servía de la escuela para adoctrinar a los jóvenes, los entrenaba para obedecer órdenes, y no para pensar y ser libres. Los convertía en instrumentos de guerra, y no de paz.
Durante su exilio María Montessori vivió en España, en Holanda, y en la India. En estos países desarrolló diversos programas de formación destinados a nuevos docentes. La experiencia bélica la llevó a profundizar en los temas educativos relacionados con la paz, llegando a la conclusión de que la educación es el único camino para construir la Paz. Precisamente por estos trabajos, fue nominada al premio Nóbel de la Paz, en tres oportunidades.
En 1947, regresó a Italia. Su Método ya era reconocido mundialmente y la recibieron con honores. Montessori, sin abandonar su proyección internacional se dedicó a la reorganización de las escuelas de su país y siguió profundizando en el conocimiento de la Infancia.
María Montessori falleció el 6 de mayo de 1952, a la edad de ochenta y dos años en su casa de Holanda. Concluía toda una vida de duros combates, dedicada a la defensa del mundo de los Niños. Había sido la primera mujer que obtuvo el grado de Doctor en Medicina de Italia. Se especializó en Neurología. Estudió Antropología, Filosofía y Psicología, pero, sin duda, lo esencial de su legado para el Siglo XXI, radica en su continúa búsqueda científica, y en su permanente deseo de conocer más y mejor los secretos de la Infancia.
Metodología
La pedagogía Montessori, de finales del s-XIX está ampliamente extendida en muchos países, tanto de Europa y Estados Unidos, como de otros continentes. La razón que ha llevado a numerosos profesionales de la educación a incorporarla como referente es que en ella se consigue afrontar realmente los objetivos esenciales de la educación. ¿Cuáles son estos objetivos y cuáles las respuestas Montessori?
«Alcanzar y dominar las competencias metodológicas.»
En una aula Montessori se trabajan todas las áreas con metodologías globales y analíticas. Sin perder de vista el contexto, los alumnos trabajan y profundizan analíticamente los contenidos de matemáticas, lenguas, conocimiento del medio, etc… Cada contenido es trabajado mediante uno o varios procesos que termina en una evocación de los conocimientos adquiridos, sean conceptos o procedimientos. Esta evocación es diferente en función de la edad, pero puede consistir en una explicación a un compañero, elaboración de un texto escrito, exposiciones o pruebas con diferentes formatos. Esta variedad de formatos permite consolidar las competencias metodológicas. Este objetivo está interrelacionado con los objetivos 2 y 3 de una forma muy directa.
«Integrar las diferentes áreas del conocimiento (competencias metodológicas).»
El currículum Montessori se desarrolla a través de unos hilos conductores muy claros que están, a su vez, entrelazados entre sí. Por ejemplo, el trabajo sensorial de 0 a 6 años tiene, aparte de los objetivos concretos del desarrollo de los sentidos, unos propósitos indirectos que el niño recuperará en el currículum de matemáticas. Todo el currículum crece sobre si mismo y los aprendizajes se apoyan unos en otros.
«Atender a la diversidad (competencias metodológicas).»
El planteamiento científico de la doctora italiana, basado en la observación rigurosa del niño y su proceso evolutivo personal permite, además, ofrecer a cada alumno un itinerario ajustado a su ritmo, estilo de aprendizaje e intereses del momento. Al mismo tiempo, por la alternancia de enfoques que propone, invita a trabajar con otros estilos, resultando de ello un desarrollo de las estrategias de aprendizaje individuales sin parangón.
«Favorecer la interacción y el desarrollo social (competencias comunicativas).»
Montessori crea un ambiente educativo, en el que el adulto y los alumnos, los materiales de aprendizaje crean un clima de participación tanto sistematizado como espontáneo. El maestro Montessori actúa como guía de dicho ambiente pero es, en realidad toda la comunidad la que ofrece a sus individuos este ambiente acogedor y estimulador tanto espiritualmente como materialmente. Este nuevo rol de maestro que favorece enormemente el aprendizaje cooperativo entre los alumnos, cuyas competencias sobre trabajo en equipo y la interacción mutua encuentran un entorno y ambiente propicios.
«Implicar a los alumnos en su propio proceso de aprendizaje y de crecimiento (competencias personales).»
Uno de los cambios exponenciales de esta pedagogía es el nuevo rol y punto de vista de los maestros, convertido en un guía que va más allá de ser un transmisor de información ya que, con su condición de adulto profesional conocedor de los procesos e intereses que vive el niño, toma decisiones ajustadas a su desarrollo. El maestro es el intermediario entre el conocimiento y el niño pero favoreciendo siempre la autonomía tanto en el aprendizaje como en el interés por el mismo. El niño vive un proceso de autoconstrucción, “se construye a si mismo” ya que su mente, absorbente primero, razonadora después e integradora de todo lo que vive y pasa a su alrededor, reelabora en su personalidad todas sus experiencias.
En el aula Montessori, los alumnos gozan de un sinfín de posibilidades para trabajar según los propios intereses hacen que la experiencia que viven los educandos sea mucho más vivencial y profunda:
- Materiales autocorrectores
- Cooperación entre alumnos de edades diferentes y/o iguales
- Enfoques variados, globales, analíticos, concretos y abstractos, simultáneos y secuenciales
- Lecciones claves, que abren un abanico de posibilidades y variaciones de práctica
- Oportunidades de evocar los aprendizajes adquiridos de diferentes formas
- Creer en las potencialidades de los alumnos (competencias personales). Las bases teóricas sobre las que se sustenta la pedagogía de la Doctora italiana se desarrollan sobre 3 ejes fundamentales: Las tendencias humanas, los períodos sensitivos y las características psicológicas. Dichos ejes se describen brevemente a continuación.
LAS TENDENCIAS HUMANAS se describen como una serie de comportamientos y actitudes que el ser humano manifiesta a lo largo de su crecimiento. Son unas actitudes que en realidad muestran el carácter verdaderamente humano de niños, adolescentes y adultos. Se pueden manifestar universalmente en cualquier ser humano pero la doctora Montessori observó que se muestran con mayor yo menor grado en función del ambiente y las oportunidades vividas. En un entorno, pues, favorecedor del diálogo, el movimiento, el trabajo, un niño muestra mucho más estas tendencias. De esta manera, pueden ir apagándose el interés por cualquiera de ellas o bien estimulándose, en función del contexto. Es decir, las tendencias humanas se van manifestando más o menos en función de las oportunidades vividas para ser expresados. Exploración, Orientación, Lenguaje, Repetición, Perfección, Comunicación, Exactitud son sustantivos que se realizan en nuestra forma de aprender, trabajar y evolucionar, pero pueden también ser adjetivos que ilustran nuestra forma de vivir.
El segundo eje es el que nos informa de LOS PERÍODOS SENSITIVOS. Los períodos sensitivos son los momentos de especial predisposición que manifiestan los niños entre el nacimiento y los 6 años de vida hacia los aprendizajes. Se presentan de forma universal en todos los niños pero cada uno los vive en realidad a su ritmo, de forma que unos pueden manifestarlos antes que otros. Dan al niño un interés y fuerza superiores por un aspecto concreto del desarrollo: Orden, Movimiento, Lenguaje, Exploración sensorial, Gracia y Cortesía.
El tercer eje de conocimiento que el educador Montessori debe dominar es el que nos aporta información sobre las CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS DE LOS PLANOS DE DESARROLLO. En períodos de 6 años, Montessori describe la evolución y progreso del niño desde el nacimiento hasta la etapa adulta. Así pues, de los 0 a los 6 años es el primer período, de los 6 a los 12, el segundo, de los 12 a los 18, el tercero y de los 18 a los 24, el cuarto plano de desarrollo, que dejaría el individuo en edad ya adulta. En cada plano de desarrollo diferencia un subperíodo en la mitad del proceso aproximadamente, siendo frecuente que algunas de las características del plano siguiente se muestren en la segunda parte del plano anterior. Estos planos alternan características más de creación de personalidad y gran energía explosiva, el primero y el tercero con los planos de desarrollo y evolución tranquilas, el segundo y el cuarto.
De forma resumida, las etapas son:
- 0-6: es la etapa que Montessori denomina Mente Absorbente.
- 6-12: es la etapa del Razonamiento, la Imaginación y la memoria
- 12-18: la etapa de la formación de la Personalidad Social.
- 18-24: la etapa de la Vida Real [/pane]
«Ofrecer a los educandos una educación más real y de aplicación para la vida (competencias personales).«
Desde las edades más tempranas, el niño puede desarrollar su autonomía e independencia, no solamente con respecto a su proceso educativo sino también en los demás ámbitos de su personalidad (afectividad, socialización, sentido crítico, etc.). El currículum del área de Vida práctica es un ejemplo muy claro.
«Favorecer el autoconocimiento personal y desarrollar la inteligencia emocional (competencias personales).«
La pedagogía Montessori describe qué características debe tener una aula para dar respuesta a la edad de los niños. También describe en qué condiciones se deben proponer los aprendizajes. La definición de estos detalles tiene que ver con las características psicológicas mencionadas en el objetivo 5. En las primeras etapas de vida, en las que el individuo está formando su personalidad y modelando su carácter, se favorecen el trabajo y la actividad individual, facilitando la experimentación de la autonomía y el encuentro con uno mismo. Sobre esta base, se propone más desarrollar las competencias sociales y de grupo. El niño que trabaja en una aula Montessori toma decisiones, asume responsabilidades, asume el error como parte del trabajo, respeta a los demás,…Por otra parte, la reunión de edades heterogéneas en una misma aula proporciona infinitas oportunidades de interacción social y ayuda académica y emocional entre los alumnos.
En síntesis debe entenderse -por encima de otras apreciaciones sobre Montessori- que la pedagogía que lleva el nombre de la doctora italiana aporta conocimientos sobre desarrollo psicológico, emocional y afectivo, ofreciendo datos concretos sobre qué necesidades deben cubrirse en cada etapa de desarrollo y sobre qué debe manifestarse en el niño y el adolescente como ser humano para poder afirmar que se está produciendo un desarrollo sano. Las llamadas “tendencias humanas”, los “períodos sensitivos” y las etapas de desarrollo que Montessori pudo observar en los niños con los que trabajó y que hoy pueden verse en una aula Montessori dan luz sobre motivación, niveles de exigencia y de concentración, intereses y formas de aprender, que dan al maestro Montessori la capacidad de orientar y reorientar la conducción del aula y de todos sus alumnos.